La COP25 exhibe su desconexión de la sociedad y ante las necesidades del Planeta.

La COP25 exhibe su desconexión de la sociedad y ante las necesidades del Planeta.

Los miembros de UGT asistentes a la COP25 finalizan su participación con decepción, pero anuncian que seguirán en la lucha para defender los derechos de las personas más vulnerables ante la emergencia climática a través de una transición justa.

Después de participar en la Marcha por el Clima del 6 de diciembre, una delegación de UGT también estuvo en la Cumbre del Clima de Madrid (COP25) encabezada por el propio Secretario General Pepe Álvarez y la Secretaria Confederal de Salud Laboral y Medio Ambiente Ana García, asistiendo perplejos a la «inoperancia» de los gobiernos para tomar decisiones para una transición justa ante la emergencia climática. Su protesta pacífica del día 11 de diciembre junto a otros miembros de la Confederación Sindical Internacional (que acabó con la deplorable actuación de la policía de la ONU echando de la sede de la Cumbre del Clima a varios miembros tanto de UGT como de otras organizaciones sindicales), era un síntoma claro de que los líderes de los países no estaban por la labor de incrementar urgentemente la ambición climática, ni de establecer planes o estrategias de transición justa que cuenten con suficiente presupuesto y con la participación de los agentes sociales.

Parece evidente que la ciudadanía debe dar un paso al frente ante la inoperancia política si quiere presionar de veras a los líderes mundiales. Para ello hemos de dejar atrás la concienciación «de boquilla» y pasar a la aceptación de que nuestro paradigma de conducta y consumo debe revisarse profundamente para trasladar con la contundencia necesaria a los gobiernos el desafío que requiere la emergencia climática, una revolución para no dejar a nadie atrás.

El débil resultado de la COP25 agranda la brecha entre los Gobiernos y la Ciencia sobre la crisis climática.

El aplazamiento del desarrollo del articulado del Acuerdo de París deja de nuevo en evidencia las contradicciones existentes entre el recorrido político y el científico. Por la COP25 han pasado los científicos para presentar sus informes climáticos que apuntan, por ejemplo, a que 2019 será un año de récord de temperaturas (la Organización Meteorológica Mundial advierte de que este año estará entre los tres más cálidos jamás registrados). Los resultados de las investigaciones también apuntan a que las emisiones de CO2 volverán a marcar un nuevo máximo histórico (aumentarán un 0,6%).

Pero si algo ha dejado claro, es la voluntad de la sociedad civil de avanzar más rápidamente ante la crisis climática, ante cuyas reivindicaciones los gobiernos también han demostrado su distanciamiento. Los movimientos juveniles –con la activista Greta Thunberg a la cabeza– han reprochado a los mandatarios que los esfuerzos que tienen previstos para luchar contra el calentamiento no están a la altura de la crisis en la que está ya el Planeta. Los sindicatos también les han advertido que «cuanto más tardemos en actuar y más graves empiecen a ser las consecuencias del cambio climático, se generará más incertidumbre en la ciudadanía, más inestabilidad en las sociedades y se cederá más terreno para que la extrema derecha arraigue con más fuerza su discurso retrógrado y populista”, en palabras de Ana García.

La gran oportunidad del «Pacto Verde» de la Comisión Europea: «Tiempo de Acción».

Ante la decepción de la COP25 de Madrid, en la que se emplaza a compromisos para que los países presenten planes de reducción de emisiones de carbono «más ambiciosos» en 2020, la Comisión Europea ha preparado el borrador de una hoja de ruta con las medidas que la UE quiere ir adoptando de forma progresiva pero contundente con el objetivo principal de convertirse en el «primer continente climáticamente neutro en 2050». El «Pacto Verde Europeo» pretende mostrar «cómo transformar nuestro modo de vivir y trabajar, de producir y consumir, para que vivamos de forma más sana y nuestras empresas sean innovadora», según la nueva Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. De hecho, el Pacto recoge incrementar los objetivos de reducción de emisiones contaminantes de la UE en 2030, pasando del 40% fijado actualmente hasta «al menos» un 50% y «hacia» el55%. Ese esfuerzo medioambiental será revisado y reformulado «si es necesario» en junio de 2021, según recoge el documento.

En este sentido, el Secretario General de UGT Pepe Álvarez, afirma que es el momento de sentar las bases para una Europa más limpia, saludable, ecológica y sostenible y que el New Green Deal de la Comisión Europea puede ser una gran oportunidad para Europa y para España para realizar una transición justa hacia una economía verde libre de carbono, siempre con el Diálogo Social como telón de fondo.

 

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