La ONU nos invita a terminar con nuestra relación tóxica con el plástico.

La ONU nos invita a terminar con nuestra relación tóxica con el plástico.

La Comisión Europea, a través de la “Estrategia para el plástico en una economía circular”, pretende cimentar el camino a seguir para ello.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó en 2017 una ambiciosa campaña que prometía poner el máximo esfuerzo en eliminar el creciente problema mundial sobre la acumulación de plástico en los océanos (cada año, 8 millones de toneladas de este material llegan allí), denominada #MaresLimpios. En la campaña se exhorta a los gobiernos a comprometerse con políticas para la reducción y eliminación del plástico, pide a la industria minimizar los envases elaborados con este material y rediseñar sus productos, y apela a los consumidores a que abandonen el hábito de usar y tirar productos plásticos, antes de que perjudiquen irreversiblemente a nuestros océanos. El objetivo: eliminar de ahora a 2022 las principales fuentes de basura marina, las microperlas, utilizadas en productos cosméticos y el uso excesivo de plásticos de un solo uso.
En 2018 se une la campaña #RompeConÉl. Sandra –una mujer que decide acabar con una relación de pareja y comenzar una nueva vida con un nuevo amor–, es su protagonista, y nos muestra que las relaciones tóxicas no suelen acabar bien. Os invitamos a ver este vídeo pulsando con el ratón en la siguiente imagen.


Los números hablan por sí solos:

  • En Europa se generan cada año más de 25 millones de toneladas de residuos plásticos. De éstos sólo se recicla un 30%; el resto acaba en vertederos o en incineradoras, y una gran parte en el mar.
  • Se calcula que la economía pierde el 95% del valor de los envases de plástico si estos se utilizan sólo una única vez.
  • El 85% de los residuos que podemos encontrar en las playas de todo el mundo son residuos plásticos.
  • Los ciudadanos estamos cada vez más expuestos a ingerir este tipo de residuos en forma de microplásticos, lo cual es muy perjudicial para la salud.

Estos datos demuestran que el mismo plástico que hace unas décadas llegó a nuestras vidas para facilitar nuestro día a día, hoy, se está convirtiendo en un verdadero problema porque, entre otros aspectos, somos incapaces de gestionarlo correctamente cuando llega al final de su vida útil.
La “Estrategia para el plástico en una economía circular”, adoptada por la Comisión Europea a principios del presente año como una más del paquete de medidas sobre la economía circular adoptado en 2015, es la primera estrategia sobre plásticos a escala europea que sienta las bases para una nueva economía del plástico. El objetivo consiste en que todos los envases de plástico del mercado de la UE sean reciclables o reutilizables antes de 2030, que se reduzca el consumo de plásticos de usar y tirar y que se restrinja la utilización deliberada de microplásticos. Mediante la transformación del modo en que se diseñan, producen, utilizan y reciclan los productos plásticos, Europa encabezará la solución al problema de los residuos plásticos, creando al mismo tiempo nuevos empleos y oportunidades de inversión.

Los artículos de plástico de un solo uso representan alrededor de la mitad de todos los residuos marinos en las playas europeas. Los diez plásticos de un solo uso que se encuentran con mayor frecuencia representan el 86 % de todos los artículos de plástico de un solo uso (y el 43 % del total de residuos marinos que se recuentan en las playas europeas). Con estos datos, en mayo se aprobó una propuesta de Directiva relativa a la reducción del impacto ambiental de determinados productos de plástico que, en sintonía con la Estrategia, propone:

• Prohibición del plástico en productos como bastoncillos de algodón, cubiertos, platos, pajitas, agitadores de bebidas y palitos de globos de plástico, que deberán estar fabricados sólo con materiales más sostenibles. Los recipientes de bebidas de un solo uso de plástico solo podrán comercializarse si sus tapas y tapones permanecen unidos a ellos.
• Objetivos de reducción del consumo: Los Estados miembros tendrán que reducir el uso de los recipientes alimentarios y de los vasos de plástico.
• Obligaciones de los productores: Los productores contribuirán a cubrir los costes de la gestión y la limpieza de residuos, así como de las medidas de sensibilización en relación con los recipientes alimentarios, los envases y envoltorios, los recipientes y vasos de bebidas, los productos del tabaco con filtro, las toallitas húmedas, los globos y las bolsas de plástico ligeras.
• Objetivos de recogida: Los Estados miembros estarán obligados a recoger el 90 % de las botellas de bebidas de plástico de un solo uso de aquí a 2025.
• Requisitos de etiquetado: Productos como compresas higiénicas, toallitas húmedas y globos deberán llevar una etiqueta clara y normalizada que informe sobre el modo de eliminación de los residuos, su impacto ambiental negativo y la presencia de plásticos en ellos.
• Medidas de sensibilización de los consumidores.

El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha analizado recientemente esta propuesta de Directiva considerándola crucial en el marco de la estrategia para la economía circular y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, recomendando medidas más ambiciosas como:

• La inclusión en la Directiva de las aguas interiores (lagos y ríos) por donde pasan el 80 % de los residuos presentes en los mares.
• La creación de un logo específico podría reforzar la confianza de los consumidores, sobre todo para los productos fabricados con materias primas secundarias
• Uno adecuado sistema de políticas activas de trabajo para actualizar las competencias de los trabajadores.
• Favorecer el desarrollo de empresas más sostenibles y aumentar los puestos de trabajo de calidad.

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