«Todos somos la Sierra de la Culebra. Por su recuperación, por su futuro». ¡Adelante!

«Todos somos la Sierra de la Culebra. Por su recuperación, por su futuro». ¡Adelante!

La multitudinaria contestación social al mayor incendio forestal en España en el siglo XXI, más de 30.000 hectáreas, se plasma en una concentración de repulsa por un operativo de extinción de incendios insuficiente.


Esta catástrofe socio-ambiental supone la puntilla para unos pueblos ya afectados por el envejecimiento, la despoblación y el abandono institucional.

► Los pueblos afectados: de la “España vaciada” a la “España calcinada”. 

Abejera, Boya, Cabañas, Cional, Codesal, Ferreras de Abajo, Ferreras de Arriba, La Torre de Aliste, Mahide, Manzanal De Arriba, Otero de Bodas, Riofrío, Sarracín, Tábara, Val De Santa María, Villanueva De Valrojo, Villardeciervos, Melgar De Tera, Olleros de Tera, San Pedro de las Herrerías, Villar de Farfón, Pumarejo de Tera, etc.

Su voz fue escuchada ayer en la Plaza de la Marina de Zamora. Entre 5.000 y 10.000 personas llenaron un espacio central de la ciudad, frente a la Junta de Castilla y León, con la clara intención de expresar su estupor ante un escenario dantesco después del incendio. Pero también y con una sola voz, para exigir responsabilidades y soluciones a las autoridades competentes.

►La inadaptación climática no es una opción, es una temeridad.

No es nada nuevo. En este mismo espacio, en una noticia que publicamos a finales de enero y después de otro gran incendio en la provincia de Zamora (2.000 hectáreas), advertíamos de que, después del gravísimo incendio de Navalacruz (Ávila), nuestros políticos seguían mirando hacia los fenómenos climáticos extremos para encontrar un culpable. Pero casi nadie hablaba de las causas estructurales arrastradas tras décadas de abandono y ausencia de inversiones en el medio rural. Tampoco se miraba a la situación de los bomberos forestales, con plantillas insuficientes, trabajos precarios, inseguros y escaso reconocimiento social.

Y ha vuelto a ocurrir. Esta vez, con un escenario distinto pero con unas consecuencias todavía más graves. A pesar de que los expertos apuestan por las políticas de adaptación al cambio climático como claves en este asunto;  a pesar de su advertencia ante el abandono a la suerte meteorológica de nuestra exposición y vulnerabilidad ante los incendios forestales; a pesar de que es conocido por todos que no podemos depender de la extinción de fuegos a ultranza para defendernos de los mismos. De que los fuegos se apagan en invierno.

La Administración autonómica ha sido incapaz de anticiparse a un contexto climático y meteorológico de propiciaba un riesgo extremo de incendios, en un mes −junio, en el que tradicionalmente se han desarrollado muchos de los peores incendios forestales en la provincia−, lo que vuelve a mostrar que los planteamientos de anticipación de la campaña de prevención y extinción de incendios forestales son necesarios. Esta idea es defendida aquí, pero también por los técnicos y agentes medioambientales competentes, que siempre han abogado por una campaña sin discontinuidades, pero, como mínimo, preparada con todos sus efectivos el 1 de junio.

►Una debacle ecológica, social y económica de magnitudes muy profundas.

La debacle social y económica que va a suponer este incendio para los pueblos de la Sierra de la Culebra es insondable: muchísimos millones de euros perdidos en forma de ganado, pastos, madera, castañas, setas, turismo, colmenas, caza, patrimonio cultural, etc. Incontables daños económicos que no van a poder ser resarcidos. Pero también están los sentimientos, las emociones, los recuerdos, las vivencias, las experiencias, las expectativas, de cientos de personas que han estado y están ligadas a este territorio ahora devastado, un sufrimiento que nunca será suficientemente considerado.
A todo esto, hay que sumar el gravísimo daño al patrimonio ecológico, etnológico, histórico y arqueológico que se ha producido en un ecosistema único: Reserva Regional de Caza, Lugar de Interés Comunitario y perteneciente a la Red Natura 2000 y la Red de Espacios Naturales de la Junta de Castilla y León, y Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica junto con al Parque de Montesinho. Todos conocemos los valores y los servicios ecosistémicos y de interés cultural que nos proporciona la Sierra de la Culebra: paisaje, biodiversidad, aire y agua limpias, valores turísticos, cinegéticos, recursos agrarios, arquitectura popular, yacimientos arqueológicos, etc. La pérdida de biodiversidad es especialmente lacerante en especies aquí emblemáticas, como el ciervo o el lobo, pero el patrimonio de flora y fauna perdido es inmenso.

► El primer paso: la declaración como «zona gravemente afectada por una emergencia de Protección Civil».

La sociedad civil zamorana, clamó ayer con rotundidad para mostrar su total desacuerdo ante la irresponsabilidad de la Junta en lo que, a todas luces, parece una gestión negligente en este trágico incendio. Parece que el primer paso, según ha declarado el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, es la declaración como «zona gravemente afectada por una emergencia de Protección Civil», a falta de su ratificación en Consejo de Ministros. Lo que se antoja verdaderamente insuficiente es el anuncio de una partida de 2 millones para recuperar la sierra de La Culebra, una cifra que debería acompañarse de un plan de recuperación con una dotación presupuestaria suficiente.

Sin embargo, y a pesar de las protestas llevadas a cabo hoy mismo en frente de las Cortes de Castilla y León por bomberos/as forestales para reclamar un operativo público con continuidad y condiciones laborales dignas, los partidos en el gobierno han rechazado en ese mismo escenario una iniciativa del PSOE que pedía la  transformación del operativo de extinción de incendios y emergencias para darle permanencia, coordinación y dotación de medios humanos y materiales.

► Nunca más: Hay que protegerse frente a la desertificación y la sequía.

Castilla y León no puede seguir siendo pasto, año tras año, de terribles incendios forestales.  La creciente aridez y un aumento del riesgo de desertificación, son dos caras de la misma moneda con capacidad de generar importantes efectos adversos sobre la sociedad, la economía y los ecosistemas, que se agravarán en un futuro cercano como consecuencia del cambio climático y de la persistencia de un modelo de gestión insostenible de los recursos suelo y agua. Las previsiones, muy negativas, apuntan a que los periodos de sequía en la península Ibérica serán cada vez más frecuentes e intensos que los actuales, lo que agravaría todavía más los procesos de desertificación. En Castilla y León se contabilizan cientos de miles de hectáreas en riesgo alto o muy alto de desertificación, a las que hay que añadir 30.000 más.

Desde UGT Castilla y León defendemos que los incendios no se combaten, sino que se previenen, aplicando una política forestal integral y sostenida en el tiempo, que evite el círculo vicioso entre cambio climático e incendios forestales. Un mecanismo de acción temprana evita o mitiga las graves situaciones que año tras año amenazan y calcinan nuestro patrimonio natural y cultural. Los operativos contra incendios debían estar preparados ante el evento de sequía extrema agravada por una nueva ola de calor para poder contribuir de forma contundente ante incendios, como el que ha destruido una de las zonas más valiosas de la Sierra de la Culebra (Zamora). Es fundamental contar con los medios técnicos y humanos adecuados, pero también y especialmente con la dignificación de las condiciones de estos trabajadores, y con mayor estabilidad en un empleo que carece del reconocimiento social que merece.

Desde aquí, queremos sumarnos a las muestras de solidaridad y apoyo a todos los habitantes de la Sierra de la Culebra y, especialmente, a los afectados por el incendio forestal y a la Plataforma «La Culebra no se calla». Estamos convencidos de que recuperaréis el presente y el futuro de la Sierra de la Culebra.

Puedes descargar el manifiesto leído ayer, a través de este enlace.

 

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