14 Jun Día Mundial de lucha contra la Desertificación y la Sequía: Las ventajas de una acción temprana.
Este año, con el tema «Superando juntos las sequías», se pretende hacer hincapié en la acción temprana para evitar consecuencias desastrosas para la humanidad y los ecosistemas planetarios.
Una acción temprana hubiera evitado –o al menos mitigado– la proliferación de incendios forestales como los que están devorando la sierra de la Culebra en la provincia de Zamora.
► Cuando la Tierra nos pide ayuda.
La desertificación se debe a la degradación de los ecosistemas secos y subhúmedos, que cubren un tercio del Planeta, y no hace referencia al avance de los desiertos existentes. Muchas de estas zonas son cada vez más vulnerables como consecuencia de la sobreexplotación de los recursos naturales y del uso inadecuado del agua. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, las alteraciones ecosistémicas o las malas prácticas de riego, afectan negativamente a la productividad del suelo.
La materia requiere una importante atención, aún más en estos tiempos. Cuando la tierra se degrada y deja de ser productiva, los espacios naturales se deterioran y transforman. Por tanto, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan y la biodiversidad disminuye. También supone la existencia de menos espacios silvestres que amortigüen las zoonosis, como la COVID-19, y nos protejan de fenómenos climáticos extremos, como las sequías, las inundaciones y las tormentas de arena y polvo.
► Superando juntos las sequías.
Las sequías se encuentran entre las mayores amenazas para el desarrollo sostenible, especialmente en los países del Sur, aunque bien es cierto que cada vez son más las naciones del Norte global afectadas. De hecho, las previsiones estiman que para 2050 las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial.
El número y la duración de las sequías han aumentado un 29% desde 2000 y, a día de hoy, hay más de 2300 millones de personas que sufren problemas a causa de la escasez de agua. Se trata de unas cifras crecientes y preocupantes, máxime considerando que uno de cada cuatro niños en el mundo se verá afectado por este fenómeno de aquí a 2040 (UNICEF). Ningún país es inmune a la sequía.
Este año, el tema del Día Internacional contra la Desertificación, «Superando juntos las sequías», hace especial hincapié en la acción temprana para evitar consecuencias desastrosas para la humanidad y los ecosistemas planetarios.
► A tener muy en cuenta.
- Durante la segunda mitad del siglo XX se ha detectado ya una reducción de entre el 10 y el 20 % de los recursos hídricos disponibles en muchas cuencas de la península Ibérica. En el caso de la cuenca del Duero (según el informe Evaluación del impacto del cambio climático en los recursos hídricos y sequías en España), se espera para el horizonte 2010-2040 una reducción de la aportación natural de la cuenca de un 11%.
- La temperatura media del mar Mediterráneo se calienta entre dos y tres veces más que el conjunto de los océanos en el ámbito global.
- Los datos de la AEMET revelan una clara tendencia desde 1971 a temperaturas más extremas, tanto en valores promedio como en máximas y mínimas.
- Según Greenpeace, más del 75% del territorio español se encuentra en peligro de sufrirla y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible.
- Según el informe Evaluación de los cambios de los climas mediterráneos y áridos según las proyecciones climáticas RCP4.5 y RCP8.5 en Europa, el clima mediterráneo se va a contraer para finales de siglo entre un 3% y un 16% en Europa, especialmente en la península Ibérica.
Cambios proyectados del dominio del clima mediterráneo (MCD) en el escenario RCP4.5 y
RCP8.5 en dos períodos futuros en relación con el período de referencia (1981-2010).
- Según el Atlas Mundial de la Desertificación, España es uno de los países de Europa con mayor riesgo de desertificación. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, España es también uno de los países de la UE con mayor riesgo de incendios, fenómeno que se agrava en situaciones de sequía y en suelos desertificados.
Proyecciones de aridez. Comparación entre 1981-2010 y el 2071-2100 en el escenario RCP8.5.
Atlas Mundial de la Desertificación. Centro Común de Investigación, Comisión Europea.
Como reconoce el informe Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España, se espera, por un lado, un aumento generalizado en la intensidad y magnitud de las sequías meteorológicas e hidrológicas bajo escenarios de cambio climático —debido, principalmente, al aumento de la evapotranspiración y a la reducción de las precipitaciones— y, por otro, una creciente aridez y un aumento del riesgo de desertificación. Dos fenómenos diferentes, pero íntimamente relacionados, con capacidad de generar importantes efectos adversos sobre la sociedad, la economía y los ecosistemas, que se agravarán en un futuro cercano como consecuencia del cambio climático y de la persistencia de un modelo de gestión insostenible de los recursos suelo y agua. Las previsiones, muy negativas, apuntan a que los periodos de sequía en la península Ibérica serán cada vez más frecuentes e intensos que los actuales, lo que agravaría todavía más los procesos de desertificación. En Castilla y León se contabilizan cientos de miles de hectáreas en riesgo alto o muy alto de desertificación, según se observa en el «Mapa de Riesgo de Desertificación» del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (un mapa de 2008, obsoleto, que requiere de una actualización urgente).
► UGT Castilla y León con el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Con este escenario, desde UGT Castilla y León –y a la espera de la aprobación de la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación en España–, instamos al Gobierno castellano y leonés a anticiparse, impulsando la lucha contra la desertificación y la sequía a partir de la planificación –con la elaboración de una ley de cambio climático y transición ecológica justa, a partir de la que se puedan crear mecanismos fiables de gobernanza–, y a partir de la acción, con el abandono progresivo del modelo de la gestión del riesgo hacia otro donde la prevención, la mitigación y la adaptación estén en el centro. Así, la gestión forestal y agraria debe tender hacia la adaptación de los ecosistemas respectivos a los nuevos escenarios climáticos, con medidas que cuenten con un presupuesto suficiente para poder llevarlas a cabo y con indicadores que hagan cumplir la Agenda 2030 y, específicamente, el Objetivo 15, que recoge la determinación a detener y revertir la degradación de la tierra. De lo contrario, muchas de nuestras comarcas tendrán que afrontar condiciones más áridas y un mayor riesgo de desertificación.
Desde UGT Castilla y León defendemos que los incendios no se combaten, sino que se previenen, aplicando una política forestal integral y sostenida en el tiempo, que evite el círculo vicioso entre cambio climático e incendios forestales. Un mecanismo de acción temprana evita o mitiga las graves situaciones que año tras año amenazan y calcinan nuestro patrimonio natural y cultural. Los operativos contra incendios debían estar preparados ante el evento de sequía extrema agravada por una nueva ola de calor para poder contribuir de forma contundente ante incendios, como los que están destruyendo una de las zonas más valiosas de la Sierra de la Culebra (Zamora). Es fundamental contar con los medios técnicos y humanos adecuados, pero también y especialmente con la dignificación de las condiciones de estos trabajadores, y con mayor estabilidad en un empleo que carece del reconocimiento social que merece.
En relación con el agua, consideramos indispensable establecer una gestión eficiente, así como planes de actuación con medidas destinadas a paliar los efectos de la sequía. Las distintas confederaciones hidrográficas que ejercen sus políticas en Castilla y León deben tener en cuenta los estudios e informes científicos que anticipan una reducción de la disponibilidad de recursos hídricos. Además, deberían esforzarse en mantener una postura rotunda e inequívoca frente a la sobreexplotación y la contaminación de los recursos hídricos y la proliferación de pozos ilegales.
Las señales científicas son más que contundentes, pero nuestra vulnerabilidad ante los riesgos climáticos sigue aumentando. Está en nuestra mano intentar mitigar la sequía y los procesos de desertificación, y existen soluciones y herramientas sobradamente conocidas para ello, siempre a partir del fortalecimiento de la participación comunitaria y la cooperación a todos los niveles. No debemos dejar a nadie atrás.
Bibliografía:
– «Atlas Mundial de la Desertificación». https://wad.jrc.ec.europa.eu/aridityprojections
– Barredo, JI, Mauri, A., Caudullo, G. et al. «Evaluación de los cambios de los climas mediterráneos y áridos según las proyecciones climáticas RCP4.5 y RCP8.5 en Europa«. 175, 3955–3971 (2018). https://doi.org/10.1007/s00024-018-1853-6
– J. Sanz y E. Galán. «Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España». MITECO, 2021. https://www.adaptecca.es/sites/default/files/documentos/impactosyriesgosccespanawebfinal_tcm30-518210_0.pdf
– M. Barranco, M. Dimas, A. Jiménez, F. Estrada. «Evaluación del impacto del cambio climático en los recursos hídricos y sequías en España”, CEDEX, 2018. http://www.cedex.es/NR/rdonlyres/3B08CCC1-C252-4AC0-BAF7-1BC27266534B/145732/2017_07_424150001_Evaluaci%C3%B3n_cambio_clim%C3%A1tico_recu.pdf
– «Programa de Acción Nacional contra la Desertificación». Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. 2008. https://www.miteco.gob.es/es/biodiversidad/temas/desertificacion-restauracion/pand_agosto_2008_tcm30-177181.pdf
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