El último informe del IPCC ahonda la gravedad de la crisis climática: es ahora o nunca.

El último informe del IPCC ahonda la gravedad de la crisis climática: es ahora o nunca.

El nuevo informe «Cambio climático 2022: mitigación» realizado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC),  es de una claridad meridiana: los cambios de consumo individual no bastan y hace falta una transformación profunda y rápida del conjunto del sistema productivo, así como una transición justa para los colectivos más vulnerables.


Este informe viene a completar la trilogía iniciada en agosto de 2021 (qué y quién impulsa el cambio climático) y seguida en febrero de este año (impactos, adaptación y vulnerabilidad) del 

► Es ahora o nunca: un lustro clave.

El documento contiene una advertencia clara: si las emisiones globales no alcanzan su máximo y empiezan a disminuir como mucho en tres años -para 2025-, será muy difícil evitar una catástrofe climática. Para no sobrepasar los 1,5 ºC es necesario que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo antes de 2025 como muy tarde, es decir, en apenas tres años. Además, debe haber una reducción del 43% de las emisiones para 2030. Esto implica, en la práctica, una reducción para 2050 respecto a 2019 del 95% en el consumo de carbón, del 60% en el petróleo y del 45 % en el gas. Para estabilizar la temperatura en el grado y medio es necesario alcanzar cero emisiones netas de CO2 a principios de la década de 2050.

El informe señala que, si seguimos en la ruta actual, las emisiones de GEI continúan aumentando y nos llevarán a un calentamiento global de 3,2 ºC para 2100.

► Una transformación institucional, económica y social (también en Castilla y León).

El cambio hacia un futuro sostenible requerirá cambios transformadores que alteren completamente las tendencias existentes. Se necesitan cambios tecnológicos, sistémicos y culturales, para los que necesitamos tanto la acción coherente de los dirigentes políticos y sociales, como la presión desde la ciudadanía y los movimientos sociales.

Efectivamente, en esta década crítica hasta 2030, la mayor reducción neta de emisiones tendrá que venir de la mano de las energías renovables, de la conservación y restauración de bosques y otros ecosistemas naturales, de la agricultura y los alimentos respetuosos con el clima, y de la eficiencia energética. Este escenario no se podrá conseguir sin el fomento de cambios socioculturales que permitan e incentiven  formas de vida sostenibles, desde ciudades que faciliten moverse andando y en bicicleta y la movilidad eléctrica compartida, hasta viviendas autosuficientes energéticamente, dietas saludables donde predominen los alimentos vegetales de proximidad, y un modelo de producción y consumo basado en la economía circular, con menores requerimientos de materiales a medida que reutilizamos, reparamos y mejoramos el reciclaje.

Sin embargo, para lograr las reducciones de emisiones necesarias en 2030, hacen falta una serie de premisas. En primer lugar, las inversiones anuales hacia las energías limpias, hacia la eficiencia, la movilidad y el transporte sostenibles y la conservación de ecosistemas, deberán multiplicarse por entre 3 y 6 veces más hasta 2030. Además, las políticas climáticas deberán revisar el estado de implementación y, en su caso, de ambición. Deberán incorporar medidas para que la igualdad y la justicia sean, en general, consideraciones esenciales para conseguir una política climática eficaz y para asegurar el apoyo social a una profunda descarbonización, teniendo en cuenta el grado de vulnerabilidad y los impactos, así como las capacidades en los diferentes territorios. Por último, las instituciones deben garantizar la participación real de la ciudadanía y la democratización efectiva de la acción climática. Como indica el IPCC, lo que tenemos que construir ahora son nuevos derechos, nuevas economías y nuevas instituciones para una pacificada democracia por la Tierra.

En este sentido, desde UGT Castilla y León insistimos en la importancia de impulsar las políticas climáticas como punto crítico para una transición justa, tanto a nivel nacional, como autonómico. Es urgente que el próximo Gobierno de Castilla y León se tome la crisis climática y energética en serio, y comience cuanto antes por abordar un proceso de participación para la elaboración de la futura ley de cambio climático y transición justa, que deberá impulsar las bases para una transición ecológica justa que fomente el desarrollo de empleos verdes y decentes y ponga freno a las catástrofes climática y de diversidad biológica.

La ciencia se rebela: solo nos queda actuar.

Aunque por fin el IPCC está entrecruzando la otra gran crisis ecológica, la pérdida de biodiversidad, con el problema climático, y aunque el mismo Secretario General de la ONU, António Guterres, se haya expresado con términos como: “He visto muchos informes científicos en mi vida, pero nada como esto”, “un atlas del sufrimiento humano” o “Esta abdicación de liderazgo es criminal. Los mayores contaminantes del mundo son culpables del incendio provocado en nuestro único hogar”, muchos científicos denuncian que es prácticamente seguro que estamos ante el último informe del IPCC con capacidad de llegar a tiempo para influir en la lucha contra el cambio climático.

Por ello, los científicos que forman parte de Scientist Rebellion (Rebelión Científica) han protestado este martes tras denunciar que el informe del IPCC ha eliminado algunas «cuestiones importantes» y las «verdades que más molestan» a consecuencia de la presión de los lobbies empresariales. Por ello, han anunciado una semana de movilizaciones y acciones de protesta no violenta y animan a los ciudadanos a iniciar una «revolución climática», redactando un manifiesto que denuncia la inacción política frente a la crisis climática y ecológica.

Fuentes:

«6 cosas que debes saber del informe científico del IPCC sobre soluciones climáticas». Greenpeace.
Manifiesto «La ciencia se rebela: solo nos queda actuar». Rebelión científica.
– Informe: «Cambio Climático 2022: Mitigación del Cambio Climático». IPCC, 2022.

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