Aprobada la Estrategia Española de Economía Circular: «España Circular 2030».

Aprobada la Estrategia Española de Economía Circular: «España Circular 2030».

«España Circular 2030» pretende superar la economía lineal, basada en producir, usar y tirar, para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de los productos, materiales y recursos naturales se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, minimizando la generación de residuos y aprovechando al máximo aquellos cuya generación no se pueda evitar.


La Estrategia pretende ser uno de los elementos clave del Marco de Economía Circular, formando parte de los proyectos del Gobierno para reactivar la recuperación económica tras la crisis sanitaria de la COVID-19. Sus líneas prioritarias se alinean con iniciativas internacionales como la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible o el Acuerdo de París sobre el cambio climático, así como con los postulados del Pacto Verde Europeo y de los Planes de Acción de la Comisión Europea en esta materia. Junto a ella, el Ejecutivo ha aprobado hoy el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que abordará también el reto de los plásticos de un solo uso, y un real decreto que mejora la trazabilidad y el control de los traslados de residuos.

Objetivos.

Se estima que nuestro país necesita más de dos veces y media su superficie para abastecer las necesidades de nuestra economía. Además de los impactos ambientales que esto comporta, los datos demuestran la ineficiencia del modelo y la dependencia agravada del exterior, que hacen a nuestra economía más dependiente y vulnerable y menos competitiva.

Para lograrlo, la Estrategia “España Circular 2030” marca una serie de objetivos para 2030, entre los que destacan:

  • Reducir un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB, respecto a 2010.
  • Disminuir un 15% la generación total de residuos respecto a los producidos en 2010.
  • Incrementar al menos un 10% la reutilización de los residuos municipales generados.
  • Mejorar un 10% la eficiencia en el uso de agua.

Sectores y líneas de actuación.

Aunque la Estrategia de Economía Circular está dotada de un carácter transversal, identifica seis sectores prioritarios: construcción, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, turismo y sector textil y confección. En particular, es fundamental aprovechar las oportunidades que ofrece la economía circular para desarrollar una industria española centrada en el reciclaje. En este marco el reto es preparar el mercado de trabajo para la transición a una economía circular y baja en emisiones, tanto desde la perspectiva de los trabajadores, adaptando sus capacidades y habilidades a las nuevas demandas del mercado a través de las políticas activas del mercado de trabajo, como desde la perspectiva de las empresas y Administraciones Públicas, adaptando la cultura empresarial a los principios de la responsabilidad social empresarial, y garantizando las condiciones de seguridad y salud en los puestos de trabajo afectados por el cambio a la economía circular. Además, debe hacerse de forma que permita a las empresas ser eficientes sin incurrir en cargas excesivas, mejorando su productividad, capacidad de contratar, sus inversiones y sus oportunidades de internacionalización.

Además, cuenta con ocho grandes líneas de actuación sobre las que se focalizarán las políticas, medidas y planes correspondientes: producción y diseño; consumo; gestión de residuos; mercado de materias primas secundarias; reutilización del agua; investigación, innovación y competitividad; participación y sensibilización y empleo y formación.

También se destaca que la transición hacia la economía circular implica incrementar la fiscalidad ambiental, en la que España tiene mucho margen de mejora y desarrollo, debido a que es uno de los Estados miembros de la UE con menor presión tributaria al medio ambiente en relación con su PIB.

Valoraciones desde UGT.

Desde UGT consideramos que es necesario contar con una Estrategia de Economía Circular en nuestro país. Una Estrategia fuerte, que cuente con los fondos y recursos suficientes para llevarse a cabo. Es algo que venimos años demandando y que, al igual que ha pasado con la ley de cambio climático y transición energética, ha sufrido un atraso inaceptable.

Valoramos que se incluya el empleo y la formación en la Estrategia, como una de las ocho grandes líneas de actuación. Hace tiempo que venimos reivindicando que ambos aspectos son fundamentales y que debían formar parte esencial de la misma. Desde UGT vemos la economía circular como una gran oportunidad para la generación de empleo verde y trabajo decente. Desde luego esta transformación no puede conducir a la creación de puestos de trabajo precario, con malas condiciones y con nuevos riesgos laborales.

Por lo que es necesario diseñar una hoja de ruta integrada que incluya el concepto de transición justa, para evitar que nadie se quede atrás. Todas las medidas que se pongan en marcha (reglamentarias, presupuestarias, fiscales,…) tienen que llevarse a cabo a través del diálogo social y garantizando la protección social de las personas y colectivos más vulnerables y el empleo de calidad.

Además, hay que recordar que las políticas de lucha ante la emergencia climática, y las destinadas a la economía circular, deben ir de la mano. El 65% de las emisiones de gases de efecto invernadero surgen del uso de materiales (producción, transporte y eliminación), por lo que un mundo donde se limite el aumento de la temperatura media global a 1,5 °C sólo puede ser circular.

Los incentivos para una economía baja en carbono, como las políticas de eficiencia energética e implantación de energía renovable, pueden desencadenar o reforzar soluciones de economía circular, beneficiarse mutuamente. Por lo que demandamos que estén coordinadas las políticas de desarrollo de la economía circular y las de lucha contra el cambio climático.

Por último, para el desarrollo efectivo de la Economía Circular, desde UGT consideramos de vital importancia la participación de las personas trabajadoras y la inclusión de cláusulas específicas en los convenios colectivos, para lo que es necesario generar un proceso de sensibilización, capacitación y empoderamiento a responsables sindicales.

Fuente: www.ugt.es

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