La cuenca del Duero en la zona alta de la clasificación por estrés hídrico.

La cuenca del Duero en la zona alta de la clasificación por estrés hídrico.

Cerca de una cuarta parte de la población mundial habita en países en los que se vive al límite de los recursos hídricos. En 17 Estados -donde reside ese 25% de la población del planeta-, la agricultura de regadío, la industria y las ciudades consumen el 80% o más del agua dulce superficial y subterránea disponible cada año de media. Esto hace que estén mucho más expuestos a las restricciones severas en los periodos de sequía.

 

El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, sus siglas en inglés) ha actualizado su ranking de estrés hídrico y ha presentado este martes los últimos resultados. Las regiones más afectadas son el norte de África y Oriente Medio, pero nuestro país  está dentro de la categoría de estrés hídrico alto, con un consumo global de recursos de entre el 40% y el 80% anual. No en vano, siete de las diez cuencas de la UE con mayor índice de explotación de sus aguas se encuentran en España, según la Agencia Europea del Medio Ambiente. Los datos del WRI no se quedan en la observación del estrés hídrico, ya que también se pueden observar mapas muy interesantes sobre el agotamiento del agua de referencia, la disminución de la capa freática, el riesgo de sequía, o el riesgo de inundación fluvial, entre otros.

La importancia del estrés hídrico radica en que mide la relación entre las extracciones totales de agua (incluyen usos domésticos, industriales, de riego y ganaderos de consumo y no consumo) y los suministros de agua renovables disponibles (incluyen el suministro de agua superficial y subterránea), siendo los valores más altos indicadores de una mayor competencia entre los usuarios.

 

Si echamos un vistazo al mapa sobre estrés hídrico realizado por el WRI y nos fijamos en la península Ibérica y en la cuenca del Duero en particular, observamos que gran parte de la misma tiene un estrés hídrico alto o extremo, especialmente en el curso medio del río Duero y en sus afluentes procedentes de la parte central y oriental del Sistema Central. Aun tomando estos datos con precaución, la información aportada desde WRI es para UGT-CyL valiosa para entender la urgencia de cuestiones como la crisis climática, que hará que sea complicado encontrar una demarcación hidrológica donde el agua «sobre». Los efectos combinados de la actividad humana y del cambio climático hacen que toda la región mediterránea de la UE se clasifique actualmente como “semidesértica con escasez de agua”, y Castilla y León no está al margen de este escenario, ya que son numerosas las localidades con problemas de suministro de agua, bien por episodios de sequía o por contaminación de sus aguas, fundamentalmente por nitratos. De hecho, la cuenca del Duero se enclava en una de las latitudes que va a soportar un  mayor calentamiento de los diferentes climas que les son propios, tal y como se desprende de las conclusiones de diferentes informes científicos (CEDEX e IPCC, entre otros), que afirman que la temperatura media de España ha subido el doble que en el resto de mundo, en los últimos 50 años -1,6 ºC-, y que en las próximas décadas se van a reducir los recursos hídricos disponibles en España entre un 24% y un 40%.

Aunque Castilla y León se ve afectada por varias demarcaciones hidrográficas (además de las del Tajo, Ebro, Miño-Sil y Cantábrico occidental), es la del Duero la que tiene un mayor peso específico, por lo que UGT-CyL ha centrado el punto de mira en el proceso de participación pública de esta demarcación.

 

Desde UGT Castilla y León y con el argumento de la defensa del agua como elemento esencial para el desarrollo sostenible, entendemos que una correcta gestión de los recursos hídricos es clave para reducir la pobreza, crear empleo verde y decente y aumentar la sostenibilidad ambiental, tal y como se interpreta del principal objetivo de la Directiva Marco del Agua: mejorar el estado ecológico de nuestras fuentes de recursos hídricos y los ecosistemas acuáticos. Por ello, y en plena revisión del Plan Hidrológico de la demarcación hidrológica del Duero (ciclo 2016-2021, actualmente vigente), que deberá concluir antes de final del año 2021 dando lugar a unos nuevos planes hidrológicos de tercer ciclo (2022-2027), UGT-CyL insta a establecer una gestión eficiente de la demanda de  agua, así como planes de actuación con medidas destinadas a paliar el efecto de la sequía.

Fuente: https://www.wri.org/aqueduct

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