14 Jun La desertificación: el reto medioambiental más desconocido en el país con más riesgo de Europa.
El desgaste de la tierra.
La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas y no hace referencia al avance de los desiertos existentes. La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, a la sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo.
17 de junio: Construyamos juntos el futuro.
Con motivo del 25º aniversario de la adopción de la Convención de Naciones Unidas contra la Desertificación, el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, pone este año de relieve los progresos globales en materia de gestión sostenible del suelo. La campaña de este año gira en torno al lema «Construyamos el futuro juntos». Este 17 de junio también sirve para mirar al horizonte de los próximos 25 años, durante los cuales se espera detener la degradación de la tierra en todo el planeta.
A tener muy en cuenta.
-Suelo y sequía: «De cara a 2025, 1800 millones de personas vivirán una escasez absoluta de agua. Además, dos tercios de la población mundial no dispondrán de suficientes recursos hídricos». Hablamos de una compleja amenazada medioambiental que irrumpe con fuerza en el ámbito socioeconómico, causando más muertes y desplazamientos humanos que cualquier otro desastre natural.
-Tierra y seguridad humana: “En 2045 alrededor de 135 millones de personas en todo el mundo pueden haber sido desplazadas como consecuencia de la desertificación». Frenar la degradación de nuestros suelos es una de las principales vías hacia una mayor capacidad de adaptación y un mejor equilibrio ecológico.
-Los suelos y el clima:«La restauración de suelos en ecosistemas ya degradados puede conducir a la absorción y almacenaje de hasta 3000 millones de toneladas de carbono cada año». Las actividades del uso de suelos representan casi el 25% de las emisiones globales de CO2. Por lo tanto, las mejoras en este sector, junto con un uso más sostenible de las tierras, son fundamentales para ayudar a combatir el cambio climático.
La desertificación y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible afirma que «estamos decididos a proteger el planeta contra la degradación, incluso mediante el consumo y la producción sostenibles, la gestión sostenible de sus recursos naturales y medidas urgentes para hacer frente al cambio climático, de manera que pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras». Específicamente, el Objetivo 15 recoge nuestra determinación a detener y revertir la degradación de la tierra.
UGT Castilla y León con el Día Mundial contra la desertificación.
España es el país de Europa con mayor riesgo de desertificación. Según Greenpeace, el 75% del territorio se encuentra en peligro de sufrirla y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible. Las previsiones, muy negativas, apuntan a que los periodos de sequía en la península Ibérica serán cada vez más frecuentes e intensos que los actuales, lo que agravaría todavía más los procesos de desertificación. En Castilla y León se contabilizan cientos de miles de hectáreas en riesgo alto o muy alto de desertificación, según se observa en el «Mapa de Riesgo de Desertificación» del Programa de Acción Nacional contra la Desertificación.
Con este escenario, desde UGT Castilla y León instamos al nuevo Gobierno castellano y leonés a establecer medidas encaminadas al consumo y la producción sostenibles, la gestión sostenible de los recursos naturales y la adaptación y mitigación al cambio climático, de manera que se pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Estas medidas tienen que contar con un presupuesto suficiente para poder llevarlas a cabo.
En relación con el agua, consideramos indispensable establecer una gestión eficiente, así como planes de actuación con medidas destinadas a paliar los efectos de la sequía. El segundo ciclo de planificación hidrológica de las diferentes demarcaciones que afectan a Castilla y León deben enfocar este periodo clave aunando esfuerzos para encajar de la mejor manera posible los objetivos sociales, económicos y medioambientales, contando con modelos que tengan en cuenta los estudios e informes científicos que anticipan una reducción de la disponibilidad de recursos hídricos. Además, debe contar con el respaldo y la participación de las organizaciones sociales y sindicales.
En definitiva, en nuestra mano está intentar mitigar y adaptarnos al cambio climático, realizar una transición ecológica y hacer de ello una oportunidad para realizar un cambio productivo y energético que nos permita vivir en un planeta más sostenible y socialmente justo, donde no se deje a nadie atrás.
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