Salida de campo: al encuentro con las competencias en materia de sostenibilidad.

Salida de campo: al encuentro con las competencias en materia de sostenibilidad.

Más de 40 personas disfrutamos de una jornada de convivencia, de aprendizaje y de reconocimiento de nuestros valores en materia medioambiental en el parque natural del lago de Sanabria y las sierras de Segundera y Porto.


Otra acción de sensibilización enmarcada en el “III Acuerdo del diálogo social para promover en Castilla y León una transición justa frente al cambio climático 2024-2026”.

La incorporación de esta innovadora iniciativa como parte de nuestras acciones −a la pretendemos dar continuidad en otros espacios naturales de nuestra Comunidad Autónoma−, parte de la ambiciosa intención de dar cumplimiento a buena parte de las competencias emanadas del Marco Europeo de competencias sobre Sostenibilidad para las personas trabajadoras y sus representantes.

En esta ocasión la salida de campo consistió en la visita al espacio natural protegido del parque natural del Lago de Sanabria y sierras de Segundera y Porto (Zamora) que acoge en su interior la superficie lacustre más grande de la península Ibérica y que, además forma parte de uno de los conjuntos lagunares de origen glaciar más importantes al sur del occidente europeo. Cuenta, además, con una diversidad de especies de flora y fauna que componen un característico ecosistema de transición entre lo mediterráneo y lo atlántico, que también se traduce en la singularidad de un acervo cultural y etnográfico marcado por el aislamiento, pero también por la confluencia cultural y el devenir histórico propios de la comarca sanabresa. Nuestra primera parada fue la visita al Centro del Lobo Ibérico “Félix Rodríguez de la Fuente”, que sirvió para entender que la biodiversidad es el sistema de soporte vital de este Planeta y que la base del desarrollo humano es la conservación de los ecosistemas y las especies que lo habitan, incluidos los grandes predadores. Damos las gracias por la magnífica atención prestada a los trabajadores del centro Esperanza, Esther, Tomás y Carlos Sanz.

Antes de introducirnos de lleno en el parque natural y muy próximo a la localidad de Ungilde, visitamos un antiguo vertedero incontrolado. Acompañados por un miembro de la asociación CRYOSANABRIA –Daniel Boyano, quien nos hizo en todo momento de guía–, comprobamos cómo los daños al medio ambiente y a la salud de una incorrecta gestión de los residuos pueden ser enormes y por qué en los centros de trabajo el mejor residuo es el que no se genera. La Sierra de La Culebra es un espacio natural integrado en la Red Natura 2000, y a pesar de los devastadores incendios de 2022, todavía sigue siendo uno de los espacios más importantes de Europa para el avistamiento y hábitat de fauna salvaje, con la mayor densidad poblacional de Lobo de toda España y de Europa Occidental.

Además de reconocer los valores medioambientales que dieron pie a la creación de este parque natural en 1978, también consideramos de especial interés conocer de primera mano iniciativas relativas a empresas de la economía social y de autónomos de la zona, que ejemplifiquen el impulso que debe darse al emprendimiento y al cooperativismo, que sin duda, inciden en la creación de empleo y que constituyen un principal aliado para fijar población, preservar y gestionar la riqueza ambiental e incidir en el desarrollo de otro tipo de actividades económicas. Miel «Peña Negra» (Sotillo de Sanabria) es uno de esos ejemplos de proyecto orientado a la sostenibilidad de los territorios, y de la mano de Jesús –a quien le agradecemos su presencia y disposición– pudimos comprobar la complejidad que tiene este tipo de iniciativas, pero también que con tesón, convencimiento (y un esfuerzo extra para afrontar los elementos adversos a los que se enfrenta), es posible salir adelante. Desde aquí no sólo les deseamos suerte de cara al futuro a Jesús y Lorena, también compartimos la idea de que estos proyectos deberían ser vectores para otras actividades capaces de aprovechar los servicios ecosistémicos de manera artesanal y sostenible, como mejor forma de asegurar el asentamiento de población en las zonas rurales.

Aprovechando nuestro paso por el pueblo de San Román de Sanabria, pudimos disfrutar de uno de los ejemplares de castaño más singulares de la comarca. Se trata de un castaño milenario que, aunque no está dentro del Catálogo de Árboles singulares de Castilla y León, merecería que su protección y conservación estuviera regulada por su valor monumental, histórico y científico. Desde luego, su porte y dimensiones (14-15 metros de diámetro) llamaron la atención de la expedición, y muchos de sus miembros se expresaron en una comunión espontánea que añade a los valores descritos el del bienestar de nuestra salud mental y física.

Otro de los hitos de la salida de campo tiene que ver con la geografía humana y con la historia, a través de un recorrido por la catástrofe que supuso la rotura de la presa de Vega de Tera en 1959. Ya después de la comida, pudimos comprobar con un primer vistazo de la intrahistoria de la industrialización de nuestro país, el abordaje de un impacto ambiental y social sin precedentes y el sacrificio humano personal y colectivo ante la promesa del progreso en el museo de La Memoria de Ribadelago. El museo alberga la exposición creada hace años por la asociación Hijos de Ribadelago, además de obras de la artista María de León y Sanabria. El espacio recoge la memoria de los 144 muertos en la inundación del 9 de enero de 1959, provocada por la rotura de la presa de Vega de Tera (en la que trabajaron más de 1.300 trabajadores por  un salario y unas condiciones miserables), y también da cuenta de que –a pesar de las vidas perdidas y el dolor–, Ribadelago sigue siendo un pueblo vivo y por fin puede homenajear, recordar y reivindicar a sus familiares y amigos, nada más y nada menos que 65 años después. A las personas que nos acogieron debemos, por tanto, agradecerles su tesón para que esta catástrofe no caiga nunca en el olvido.

Finalmente, la expedición se dirigió a la playa de Los Arenales (conocida como de Los Enanos), donde dedicamos un tiempo al reconocimiento de una de las zonas de nuestro país donde mejor se puede interpretar y reconocer la geomorfología glaciar, y para entender qué impactos afronta, tanto de origen natural como humano. El lago de Sanabria es el elemento paradigmático de este espacio, pero forma parte de un conjunto de entre 20-30 lagunas que junto a diversos cañones demostrativos de la misma acción glaciar cuaternaria e innumerables cascadas y regatos, ha dado origen a una zona con increíbles valores estéticos y paisajísticos.​ Sin embargo, este valioso ecosistema no está exento impactos asociados a diversas actividades económicas; el turismo estival es una de ellas, por lo que, a través de la recolección de residuos, pudimos entender mejor la naturaleza de la basura que afecta a estos espacios y contribuir un poco a paliar algunos de sus efectos más indeseados. Así, dotados de bolsas de basura y guantes y comenzamos una recogida de residuos por estas orillas en la que las colillas fueron protagonistas: más de 600 colillas fueron recuperadas (de entre otros residuos), en menos de una hora, una acción puntual pero que contribuyó de forma activa y colectiva a mejorar las perspectivas de la comunidad y del Planeta.

Con esta acción, dimos por concluida la salida de campo. A todos y todas las participantes, muchas gracias por vuestra atención y disposición y hasta la próxima actividad.

 

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