UGTCyL con el Día Mundial del Medio Ambiente: «Contaminación del aire».

UGTCyL con el Día Mundial del Medio Ambiente: «Contaminación del aire».

El aire es de todos: Sin aire no hay vida.

La celebración del Día Mundial del Medio Ambiente nos brinda la oportunidad de ampliar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada tanto en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la conservación y la mejora del medio ambiente, como en la búsqueda de la igualdad y la justicia socio-ambientales. El tema de 2019 es una llamada a la acción para combatir la crisis global de la contaminación del aire, y nos invita a considerar qué cambios podemos hacer en nuestra vida cotidiana para reducir la contaminación del aire y frenar su impacto en nuestra salud y el calentamiento global.

El aire contaminado: Un asesino invisible.

Ya no hace falta fumar para inhalar aire letal. La contaminación atmosférica, hoy en día, mata más gente que el tabaco, por lo que nos enfrentamos a una tarea urgente. 9 de cada 10 personas en todo el mundo están expuestas a niveles de contaminación del aire que superan los estándares de seguridad dictados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aproximadamente 7 millones de personas en todo el mundo mueren prematuramente cada año a causa de este problema, y según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), alrededor de 30.000 de esas muertes ocurren en España. Es cierto que en el contexto europeo se está experimentando una lenta mejora, pero siguen superándose los límites y las directrices de la Unión Europea y de la OMS.

La contaminación atmosférica está considerada como el riesgo de salud ambiental más grave de nuestro tiempo, siendo responsable de una serie de enfermedades (principalmente de carácter cardiovascular, respiratorio y cancerígeno), y está vinculada a la reducción del cociente intelectual. Además, afecta negativamente al crecimiento económico, repercutiendo en una reducción de la productividad en todo el espectro económico por la pérdida de días de trabajo a causa de enfermedades, por el aumento de los costes de la salud pública, por provocar graves impactos en la agricultura, los edificios, los materiales y sobre el patrimonio cultural.

La contaminación del aire produce desigualdad e injusticia social.

Según la AEMA las diferencias entre los ingresos, las tasas de desempleo y el nivel de educación en los países europeos, no solo guardan relación directa entre entorno socioeconómico y salud, ya que los ciudadanos de rentas más bajas suman el agravio comparativo de vivir en zonas más contaminadas, y señala a España como uno de los países con más desigualdad ante la contaminación. Los niños −el nivel de contaminación que sufren los escolares está relacionado con sus resultados académicos−, las mujeres – más expuestas a los disruptores endocrinos− y las personas mayores –más propensas a patologías preexistentes que pueden agravarse−, son los grupos más vulnerables ante la contaminación del aire.

Si reducimos la contaminación del aire, protegemos nuestro clima.

La contaminación atmosférica proviene de fuentes naturales pero también de fuentes antropogénicas ligadas a la quema de combustibles fósiles (procedentes del transporte, la industria, la generación de energía o los residuos), que arrojan sustancias como monóxido de carbono, dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno, óxido de nitrógeno, ozono a nivel del suelo, material particulado, dióxido de azufre, hidrocarburos o plomo. Estos contaminantes también están contribuyendo a agudizar la crisis climática, el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad según la propia ONU, por lo que cualquier acción para mejorar la calidad del aire supondrá una clara contribución un impulso a la consecución de los objetivos planteados tanto en el Acuerdo de París como en la Agenda 2030.

UGTCyL con el Día Mundial del Medio Ambiente.

En el Día Mundial del Medio Ambiente, desde UGT Castilla y León entendemos  que el mundo del trabajo también está conectado con el medio ambiente que nos rodea, por lo que su protección debería considerarse como parte de nuestros derechos laborales. Las personas trabajadoras y sus representantes podemos y debemos contribuir con acciones para mejorar la calidad del aire, adoptando hábitos de producción y consumo responsables. Para garantizar que estas prácticas tengan éxito y logren un cambio real es factor imprescindible que colaboremos y nos impliquemos en nuestras empresas para promover e impulsar el desarrollo de sus políticas ambientales, siendo trascendental que adquiramos costumbres más saludables en nuestra movilidad cotidiana. Además, reivindicamos:

  • La actualización y revitalización urgente de la Estrategia de Calidad del Aire de Castilla y León.
  • La promoción de los planes de movilidad para empresas y polígonos industriales, con la participación de los Ayuntamientos, empresas y representantes de las personas trabajadoras.
  • La elaboración y establecimiento de una estrategia de economía circular para Castilla y León, que establezca medidas que ayuden a las empresas y los consumidores en la transición de una economía lineal  a una circular.
  • La necesidad de fomentar actividades económicas que generen empleos verdes y decentes en detrimento de aquellas que conducen al agotamiento de los recursos naturales y a la crisis climática, debe tener en cuenta la preservación del empleo y la mejora de la competitividad de la economía, es decir, de una transición justa.
  • El fomento de la cultura de la prevención ambiental a través de la información y de la formación laboral, y la inclusión de cláusulas medioambientales en los convenios colectivos que desarrollen la figura del delegado/a medioambiental.
  • El impulso inmediato de nuevas políticas y medidas urgentes para alcanzar el cumplimiento de la Agenda 2030.

 

 

 

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