Una COP 27 sin ambición tampoco será clave en la lucha contra el cambio climático.

Una COP 27 sin ambición tampoco será clave en la lucha contra el cambio climático.

A pocas horas del cierre programado de las negociaciones de la Cumbre del Clima, las posiciones de los países siguen muy enfrentadas.


«La humanidad tiene que decidir: cooperar o morir». A. Guterres, Secretario General de la ONU en la COP 27 de Egipto.

► El trabajo por las personas y el Planeta bajo la amenaza del «greenwhasing».

Jefes de Estado, ministros, negociadores, directores ejecutivos y alcaldes, junto con activistas climáticos y representantes de la sociedad civil (que no han contado con las condiciones para su participación efectiva), se reúnen del 6 al 18 de noviembre en Egipto para el encuentro anual más importante sobre cambio climático. La 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) se está basando en los resultados de la COP26 para intentar adoptar medidas en ciertas cuestiones esenciales para hacer frente a la emergencia climática, que incluyen desde la reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero, el fortalecimiento de la resiliencia y la adaptación a las consecuencias inevitables del cambio climático, hasta el cumplimiento de los compromisos de financiación de la acción climática en los países en vías de desarrollo.

Las contradicciones empiezan cuando tenemos en cuenta que más de 600 grupos lobistas de todo el mundo ligados a los combustibles fósiles están presentes (más que el número de representantes de los diez países más afectados por el cambio climático según la clasificación de  GermanWatch). Con este escenario, no es de extrañar que a apenas unas horas de terminar la cumbre, un nuevo fracaso planee hoy ante los temas más significativos: Pérdidas y daños, mitigación, adaptación, sistemas alimentarios y finanzas climáticas.

► UGT se une a la declaración de los Pueblos por la Justicia Climática.

Aunque con una trascendencia escasísima, diferentes representantes de grupos en representación de la sociedad civil, han exigido en el plenario de la COP27 acción climática frente al “capitalismo destructivo” y las “soluciones falsas». Así, activistas, organizaciones ecologistas, movimientos de jóvenes, pueblos indígenas, sindicalistas y comunidades especialmente afectadas por la crisis ecológica, reconocen que no puede haber justicia climática sin derechos humanos. Los gobiernos deben detener la reducción del espacio cívico, deben respetar los derechos y la dignidad de los pueblos indígenas, de las personas trabajadoras, de los activistas climáticos y por los derechos humanos, particularmente en el Sur Global. El cambio climático amplifica la existencia de desigualdad e injusticia, negando los derechos humanos básicos, incluido el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a una vivienda segura y digna, el derecho a la alimentación, el derecho a los medios de subsistencia y a un trabajo digno, el derecho a un medio ambiente sano y el derecho a la soberanía cultural. Al mismo tiempo, exigieron un cambio de sistema que incluya:

1. La descolonización de la economía y nuestras sociedades. Asegurar y posibilitar transiciones justas que garanticen a todos el derecho a vivir con dignidad y en equilibrio con nuestro Planeta. La transición debe ser democrática, incluyente y justa para las personas trabajadoras y sus territorios. Debe basarse en sistemas descentralizados de energía renovable a través de una eliminación justa y equitativa de los combustibles fósiles y en la priorización de los servicios públicos universales, incluidos la salud y la educación; soberanía alimentaria y agroecología; protección social, derechos laborales y salarios dignos.

2. El pago de la deuda climática y la entrega del dinero. Los países ricos deben pagar su deuda climática reduciendo las emisiones de forma drástica en 2030 y financiar los impactos climáticos, incluida la adaptación y la pérdida y daños, como parte de la reparación por la extracción de riqueza y explotación de las personas y del Planeta que ha empobrecido deliberadamente al sur global.

3. La defensa del 1,5 ºC y el rechazo de falsas soluciones. Los combustibles fósiles son uno de los principales impulsores de la emergencia climática, por lo que no se puede permitir que esta industria continúe escribiendo las reglas y financiando las negociaciones climáticas, algo que solo beneficia a a la codicia de contaminadores. Los gobiernos deben rechazar categóricamente las falsas soluciones que disfrazan políticas e intenciones de seguir contaminando. Esto incluye los mecanismos de compensación, mercados de carbono, tecnologías de captura de carbono o geoingeniería, entre otras.

4. Reconstruir el multilateralismo y la cooperación como base para el internacionalismo, la paz y la justicia, con el fin de todas las guerras, ocupaciones y conflictos. Debemos garantizar un entorno seguro y propicio para la sociedad civil, asegurar que los derechos humanos estén en el centro de la acción climática y sus negociaciones. Debemos apoyar a aquellos que buscan convertir los sueños de un mundo mejor en realidad, porque ello debe servir de inspiración, de guía y de pegamento para seguir siendo valientes y solidarios.

►Demandas sindicales para la COP27 de Egipto.

La Confederación Sindical Internacional viene demandando año tras año en las diferentes COP un aumento de la ambición en los objetivos de reducción de emisiones, porque con los comprometidos actualmente ni siquiera se llegará a mantener el aumento de la temperatura media por debajo de 2 ºC, por lo que no se cumpliría el Acuerdo de París. El movimiento sindical internacional también ha presentado 7 propuestas para acelerar el nivel de  ambición climática en la COP27, que son las siguientes:

1. La implementación de la transición justa para la gente trabajadora. Ante la necesidad  de lograr una transición justa como parte de las garantías de justicia climática para toda la comunidad son esenciales, la gente trabajadora debe seguir siendo prioritaria.

2. Garantizar derechos humanos, laborales y una participación inclusiva. Se requiere la plena y exhaustiva protección de los derechos humanos (entre ellos los laborales) para garantizar el apoyo y la confianza necesarios de la sociedad para poder implementar las ambiciosas políticas climáticas que el mundo necesita con urgencia.

3. Mayores ambiciones de mitigación y creación de empleos de calidad con transición justa. Ante el incumplimiento de los compromisos climáticos, los sindicatos continuamos reclamando ambiciosas políticas climáticas con medidas de transición justa que se centren en la creación de empleo y justicia social en la transición ecológica.

4. La adaptación requiere sistemas de protección social. Los sindicatos apoyamos las demandas del Sur Global. Los más vulnerables necesitan sanidad, prestaciones de desempleo y otros beneficios de protección social para hacer frente a las consecuencias de la crisis climática, un elemento crucial e integral para una transición justa.

5. Facilitar la compensación por pérdidas y daños. Los países pobres y vulnerables, que no han contribuido a la crisis climática, pero están ya sufriendo el tremendo impacto del cambio climático, deben ser compensados por ello.

6. Progresar en financiación climática. Debe indicarse de forma clara cómo se alcanzará el objetivo de obtener 100.000 millones de USD al año para financiar el impacto del cambio climático en el Sur Global, además de ponerse al día en el pago del dinero prometido en años anteriores y que todavía no se ha materializado.

7. Transición justa en las medidas de respuesta. Ha de reservarse a los interlocutores sociales un puesto formal en el trabajo sobre las Medidas de Respuesta cuando se discuta sobre cuestiones relativas a la transición justa. Los representantes de los actores económicos clave involucrados deberían sentarse en la mesa de negociación a nivel nacional, sectorial y global.

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